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HONDÓN DE LAS NIEVES: UN LUGAR POR DESCUBRIR

Ayuntamiento
                 
 
Este es el texto que figura en el inicio de la página web del Excmo. Ayuntamiento de Hondón de las Nieves. Nos ha parecido tan sugerente que no hemos podido evitar reproducirlo, para encabezar este pequeño artículo.
En Alicante vivo somos conscientes de que además de Hondón de las Nieves, existen en nuestra provincia otros lugares por descubrir y que con el tiempo iremos “descubriendo” y pasito a pasito, sin prisas pero sin pausa, cumpliremos ese objetivo.
                
 
 Convento de la Concepcionistas Franciscanas 
               
Ermita de San Isidro
        
Hoy, siguiendo la recomendación del Ayuntamiento de Hondón de las Nieves, nos acercamos a este municipio y vamos a intentar “descubrirlo”, comenzando por su historia que se remonta al Paleolítico Superior. El primer yacimiento documentado arqueológicamente es la cueva del Rollo, donde han aparecido industrias líticas pertenecientes al Auriñaciense, Gravetiense y Solutreogravietiense. La subsistencia de estos primeros habitantes dependía de lo que cazaban en los alrededores para lo que se servían de puntas de sílex como lo demuestra el gran registro arqueológico hallado hasta el momento. También recolectaban lo que la tierra producía sin cultivarla.
              
 Museo Municipal
            
De la época íbera y romana no tenemos constancia de restos arqueológicos pues  probablemente los cultivos del terreno destrozaron los yacimientos, a veces expoliándolos y otras veces silenciando su existencia, aunque hay evidencias de restos romanos como monedas, etc., sin duda debidos  a la proximidad con la Vía Augusta, uno de los ejes del territorio de Teodomiro de Orihuela.
Durante la invasión musulmana acaecida en el 711, esta zona pasa a pertenecer a la Cora de Tudmir que abarcaría, desde el río Vinalopó al río Almanzora y desde las fuentes del río Mundo hasta el Mediterráneo, es decir parte de las actuales provincias de Murcia, norte de Almería y sur de las de Albacete y Alicante. En esta época no tenemos constancia de la existencia de un núcleo de población, se trataría más bien de una población escasa y dispersa.
La zona de Hondón fue denominada como "Ufra" por los musulmanes que significa lugar hondo. Dependía del "hisn´Asf", es decir del Castillo del río en Aspe, alquería que servía de fortaleza.
En 1243 tuvo lugar la ocupación castellana de estas tierras y el ra’is (gobernador) de Crevillente, Ahmad ben Hud, que dominaba estas tierras se sometió al protectorado de Castilla.
                     
 
 
Desde 1262, este territorio que abarcaba los Valles del Vinalopó, formó parte del Señorío del Infante don Manuel, hermano de Alfonso X. La ocupación de las tierras por Castilla supuso entrar en la zona de influencia castellana a pesar de que los reinos de Taifa y sus gobernadores musulmanes, continuaron controlando el territorio, aunque pagando la mitad de las rentas al rey cristiano.
Tras la revuelta mudéjar entre 1264-66, entra en acción el rey aragonés, Jaime II, para sofocar la sublevación y anexionar estos territorios a la Corona de Aragón. En 1296 conquista la ciudad de Alicante e incorpora la villa de Aspe al Señorío musulmán de Crevillente hasta 1318, en que pasa a la Ordenación Jurídico-Administrativa de la Procuración General de Orihuela. En esta época el territorio es lugar de realengo hasta 1329, formando parte del señorío de Orihuela. Este territorio jugó un papel importante durante la Guerra de los dos Pedros, por tratarse de núcleos dispersos de población fronterizos con el reino de Castilla. En 1368 es donado a Sir Hugo de Calviley por Pedro IV de Aragón a cambio de los servicios prestados y en 1383 es vendido a la Corona de Aragón.
Es en estos momentos cuando se construye según las fuentes escritas, la ermita de San Pedro, en la cual tiene lugar según la tradición, la aparición de la imagen de la Virgen de las Nieves en 1418, época de calamidades, pestes, malas cosechas, etc...
                        
Hondón de las Nieves desde el Parque de la Cruz

Hondón de las Nieves era una pequeña aldea de agricultores perteneciente al Marquesado de Elche, la jurisdicción corría a cargo de la villa de Aspe y los vecinos de Hondón y Aspe acudían en peregrinación a la villa de Biar donde se veneraba la imagen de la Virgen de Gracia para pedir en rogativa la lluvia, etc...
 Un día de aquel entrañable año llegaron al lugar de Hondón dos peregrinos camino de Yecla y pidieron hospedaje ante la caída de la noche. Los vecinos les dieron de cenar y al calor del hogar, escucharon decir a los naturales del lugar la falta que tenían de la presencia de la madre del Salvador. Ellos dijeron que eran escultores y aceptaron realizar una imagen de María Santísima. Se encerraron en la pequeña ermita con las viandas y todo el material necesario para fabricar una talla de piedra. Pasados tres días y al no oír golpes de martillo sobre la blanca piedra, decidieron descerrajar la puerta por si había pasado algo a los peregrinos. Cual fue la sorpresa al encontrar en el altar una bella imagen de María y las viandas, así como el material proporcionado que no había sido tocado. Los peregrinos habían desaparecido y la campana de la torre comenzó a tocar sola.
El pueblo de Hondón tenía una imagen de María Santísima, pero no sabían como llamarla, así que la trasladaron a la villa de Aspe donde el clero junto con el ayuntamiento la esperaban ansiosos, allí decidieron por votación el nombre de la imagen y tras colocar seis bolitas de cera con diversos nombre de vírgenes en un saco de tela como: de Piedad, de la Victoria, del Consuelo, del Refugio, de los Afligidos y de la Concepción. Al extraer la bolita apareció el nombre de Virgen de las Nieves, tras comprobar el resto de los nombres volvieron a extraer otra bolita y volvió a aparecer el nombre de Virgen de las Nieves, con esto, el vulgo entendió que la madre de Dios quería recibir el nombre de Virgen de las Nieves. La Reina de los cielos fue trasladada en romería a su ermita donde permanecía excepto cuando se la invocaba en rogativa.
                    

Los alodios de Aspe y Elda fueron vendidos en 1424 al noble aragonés Alfonso Ximén Pérez de Corella, copero mayor del rey Alfonso V de Aragón, que facilitó la repoblación por familias cristianas. En 1469 el procurador de Elda Arnau Rosell rogó al Consejo de Orihuela para que se permitiese a los moros de Aspe que cultivasen las tierras de Hondón y por contemplación al Conde, se les concedió licencia, siempre que pagasen el diezmo y no labrasen tierras de los vecinos de Orihuela. En estos tiempos existen ya dos hondones diferenciados, el de Aspe y el que era propiedad de los Frailes Dominicos de Orihuela (Hondón de los Frailes). 
            
                
En 1497, Juan Ruiz de Corella, vende el lugar de Aspe a don Gutiérrez de Cárdenas, Señor de Elche, para permanecer unido a este señorío, que después fue elevado al rango de marquesado.
En el siglo XVI el lugar de los Ondones de Aspe comprendía a Ondón de la Ermita (Hondón de las Nieves), Ondón de las Balsas (El Rebalso, que recibía este nombre debido a la existencia de unas balsas a la orilla de la actual carretera) y La Canalosa. Eran unos pagos, es decir tierra de cultivo con casas de agricultores dispersas. La Canalosa recibió este nombre merced a una derivación del topónimo Canatllosa, que significa "canal de losa" pero que con el tiempo perdió la "t-ll". 
Eran unos caseríos moriscos, cuya población se dedicaba a la agricultura. También desarrollaron una modesta artesanía centrada en satisfacer las necesidades locales y en actividades relacionadas con la agricultura: molinería harinera, almazaras, bodegas, cordeleros y alpargateros, oficios que hasta principios del siglo XX perduraban.
               
            
El obispo de Orihuela, Fray Andrés Balaguer constata en 1607, que existían en la ermita de los Ondones de Aspe, dos misas cantadas sufragadas por los moriscos de la villa de Aspe. Esto se debía a que en el 1º Sínodo de Orihuela de 1569, se impuso a los gobernantes de cada localidad la vigilancia de las prácticas religiosas de los musulmanes recién convertidos al cristianismo. En la villa de Aspe el obispo nombró a Ausías Aznar alguacil para dar cumplimiento de los contenidos del Sínodo.
En 1609, reinando Felipe III, se produce la expulsión de los moriscos no convertidos al cristianismo, lo que genera una gran despoblación y un quebranto para la economía, ya que los señores perdían a la mayoría de sus vasallos y como resultado se suspenden las romerías a la ermita de los Ondones de Aspe. En 1629 el obispo de Orihuela en su visita pastoral a la parroquia de Aspe, pone de manifiesto que se ha perdido la tradición de ir en romería a la ermita de los Ondones e insta a la población de Aspe a recuperar dicha tradición.
En 1658 se levanta una nueva ermita dedicada a la Virgen de las Nieves, que estaba rodeada por unas 20 casas de labradores y que costó más de 1.000 ducados, recogidos por las limosnas de trozos de pan que daban los vecinos de la Villa de Aspe en los hornos. Se trataría más de una remodelación de la ermita anterior, dedicada a San Pedro.
                  
 
 
 Sierra de Crevillente
               
Ante el aumento de la población que se produce en el siglo XVIII en los Ondones de Aspe, el obispo de Orihuela, D. José Gómez de Terán, optó en 1746 por erigir en el lugar de la ermita, una parroquia bajo la advocación de Nuestra Señora de las Nieves y, poco años después, se firmó el 1º Concordato entre Aspe y Hondón en 1769 que reglamentaba el traslado de la Virgen de las Nieves desde esta localidad a Aspe. Pero este Concordato provocó que creciera la desavenencia entre las dos localidades y en 1776 se firmo el 2º Concordato.
Entre 1815 -1839 se construye el cementerio antiguo situado en el Paseo de Juan Bonmatí. 
En 1838 el poblado de Hondón de las Nieves solicitó la segregación de la villa de Aspe, lo que fue desestimado por la Regente Mª Cristina de Borbón. Una segunda petición inició el proceso oficial de segregación en 1839 que fue llevado a cabo por el Ministro de Fomento, Javier de Burgos. Así el de 3 de mayo de 1839 por Real Decreto de la Regente Mª Cristina, era segregado Hondón de las Nieves del municipio de Aspe, en dicho decreto se fija la población en 418 vecinos y una renta de 190.000 Rv.
              
       
El 17 de mayo el Gobierno Político de Alicante comunicó a José Pérez, promotor fiscal de Monóvar que constituyera la Junta Parroquial para proceder a deslindar el término. El 18 de diciembre de 1839, tras la Ley de Desamortización de Mendizábal, la Reina Gobernadora ordenó la segregación de Hondón de los Frailes de Redován y que éste municipio pasase a depender de Hondón de las Nieves. 
En 1842 se encargó al arquitecto académico don Emilio Jover, levantar el croquis de todo el término de Hondón de las Nieves, el de los Frailes y el de la villa de Aspe. La Corporación de la Villa de Aspe presentó una queja al Gobierno por las parcialidades observadas al adjudicar medio término, a una población de 100 habitantes. El 3 de marzo el Regente General Espartero aprobó la división de los  términos, la cual cosa es notificada al Ayuntamiento con fecha del 20 de marzo de 1842. Por Real Orden del 3 de mayo de 1842, se fijan en los lugares adecuados los mojones, quedando concluida la partición de los términos municipales. El término de Hondón de las Nieves abarcaría el municipio de Hondón de las Nieves y los pagos de La Canalosa, Tolomó, Alcaná, Hondón de las Balsas, Hondón de los Frailes y la Murada.
 
                
A raíz esta segregación de Hondón de las Nieves, se firma el 3º Concordato en 1848, puesto que ya habían cambiado las condiciones de la relación entre los dos pueblos. La celebración de la Fiesta del 5 de agosto en honor de la Virgen de las Nieves se acordó celebrarla alternativamente: los años pares en la villa de Aspe y los años impares en Hondón de las Nieves 
En 1846, según refiere Pascual Madoz, existían dos escuelas, una de niños a la que asistían 20 alumnos y otra de niñas con la misma asistencia.
El 12 de diciembre de 1877 tomó posesión de la nueva casa-cuartel la Guardia Civil, ubicada en la Calle Mayor.
 
                          
La primera rotulación de las calles ocurrió a finales del siglo XIX, según Real Orden del 24 de febrero de 1887. En estos primeros momentos las calles existentes eran:

- Calle Nueva 
- Calle Silvestre 
- Calle Senia, conocida como El Raval 
- Calle Aljibes 
- Calle Bayón 
- Calle Reloj 
- Calle Olmo 
- Calle de les Pallisses 
- Calle del Horno 
- Calle San Juan 
- Calle Palmera 
- Calle Crevillente 
- Calle de la Vereda 
- Calle de la Iglesia o de la costera de misa 
- Calle las Cuevas del norte y mediodía 
- Calle del Huerto 
- Calle Cuevas Carrilets 
- Calle Cuevas de los Aljibes 
- Calle Altico 
- Calle del Teatro 
- Calle Cuevas de la Calereta 
- Las Casas del Pino 
- Travesía de la Vereda
       
 
 
 
 
 Calle Aljibe
                
 
Algunas de estas calles han cambiado de nombre como por ejemplo la Plaza, que fue de la República (1931), de José Antonio (1939) y actualmente de la Villa; La calle Mayor se llamó de José Canalejas (1913), Avenida de Manuel Azaña (1931), Generalísimo (1939) y nuevamente Mayor; La calle Nueva cambió a Moret (1913), Nueva de San Vicente (1914), Francisco Mira (1927), Largo Caballero (1936), Calvo Sotelo (1939) y nuevamente calle Nueva; La Vereda que cambió a Cuesta de la Vereda (1910), Sagasta (1913), Avenida el Directorio (1930), Pablo Iglesias (1932) y actualmente Vereda; La calle Aljibes que se llamó Requejo (1906), Cayetano Limorte Gómez (1908), O´Donnell (1913), Queipo de Llano (1939) y nuevamente Aljibes; La calle Crevillente que se llamó Enrique Albentosa (1907), Fernández de los Ríos (1932), Francisco Candela (1939) y actualmente Avenida de Crevillente.
             
Calle de la Iglesia
          
Durante el primer tercio del siglo XX, Hondón de las Nieves experimentó un descenso en la población importante. En 1900  se registra el mayor número de habitantes de su historia con 3690 almas. Esta fecha marca el inicio de su decadencia demográfica, consecuencia de las malas condiciones económicas. En 1918 se produce un saldo vegetativo negativo debido a una epidemia de gripe. Entre 1920 y 1930 se pasa de 3454 habitantes a 2232, este descenso tan alarmante que supone un 35,37% de la población se explica por el número de jornaleros que marchaban a la siega u otras faenas agrícolas hacía Aragón, Castilla o Argelia y por los que pasaron a formar el municipio de Hondón de los Frailes a partir de 1929. En el censo de 1930, aparece una población con un total de 793 almas.
En este panorama la situación de Hondón de las Nieves es similar al resto de las comarcas del Vinalopó Medio a excepción de Elda y Petrer.
 
 Calle Juan Albentosa
                
Como en el resto de la comarca, y a pesar de la decadencia de la vid, el sector primario, la agricultura, constituía entre 1900 y 1930 la principal riqueza y fuente de ocupación de la fuerza de trabajo local. El producto básico era aún el viñedo, aunque ya quedaban lejos los años de esplendor de finales del siglo XX. Según N. Alimiñana, se producían en Pinoso, Villena, Aspe y Hondón de las Nieves más de 700.000 hectolitros de vino que eran casi en su totalidad exportados a Francia. También existía en el primer tercio del siglo XX una importante actividad industrial: fábricas de aguardiente, molinos de yeso, molinos harineros, bodegas, almazaras, canteras, carpinterías, etc., así como una importante industria alpargatera de carácter artesanal. Los obreros/as alpargateros solían trabajar en su propio domicilio y alternaban la construcción de suelas para alpargatas con las faenas agrícolas. Era un trabajo de temporada y remunerado de forma irregular, las máquinas e instrumentos solían ser de los obreros, desde el humilde banco de alpargatero hasta la máquina de coser "Singer", adquirida a plazos. Además las mujeres, ancianos y niños se dedicaban a preparar la pleita y el esparto para las fábricas de esteras y cordelería como la de Manuel Galipienso de Crevillente.
            
 
 
Calle Mayor
                
En el primer tercio del siglo XX, encontramos un gran número de propietarios: Antonio Guardiola Galiana, Ramón Socorro, Eduardo Sastre Cortés, Eliseo Jover Botella, Juan Lorenzo Bonmatí Albert, Vicente Calatayud, Ignacio Quesada, Esmaragdo Tortosa Tortosa, Francisco Mira, Silvestre Cerdá, Tomas Navarro, etc. Además de los propietarios residentes en Aspe que poseían grandes fincas en el término de Hondón de la Nieves como: Dña. Antonia Olivares, D. Vicente Muñoz, D. Julio Alcaraz, D. Antonio Mira-Perceval, D. Vicente Gumiel etc...
También en este primer tercio del s. XX aparece la filoxera, una epidemia importada de Francia que en 1906 afectó al término de Hondón de las Nieves. Hay que añadir los largos periodos de sequía y la falta de demanda exterior. En general se observa en los agricultores de la provincia de Alicante una clara desorientación y una sensación de crisis por la baja del comercio de la vid.
En 1910 un agricultor hondonero, inquieto y emprendedor, Silvano Tortosa, después de entablar amistad con José Castroverde de Aspe, que era el encargado del molino de trigo y de la pequeña central eléctrica que existía en Aspe a la orilla del río Vinalopó, a la altura del "Castillo del Río", empezó a pensar en la posibilidad de instalar en Hondón de las Nieves la luz eléctrica para sustituir los candiles y carburos.
             
 
 
Calle Nueva
                   
A finales de 1911, en una bodega que compró en la Calle Nueva, de Hondón de las Nieves instaló una central electrotérmica, no sin críticas por parte de las autoridades. Estaba compuesta por un motor de explosión Crossley de 30HP y una dinamo AEB de 25 KW a 120V. 
A finales de enero de 1912 empezó a funcionar proporcionando luz eléctrica por primera vez tanto a las casas particulares, a las cuales les costó la instalación eléctrica dos pesetas por vivienda, como a algunos lugares públicos. Más adelante llegaría al pueblo la instalación de una empresa "Riegos del Levante" que sustituyó definitivamente el proyecto de Silvano.
Esta es en síntesis la historia de Hondón de las Nieves, en cuanto a su localización geográfica, se asienta en un pequeño valle situado en la comarca del Medio Vinalopó, en el interior de la provincia de Alicante, a 35 Km. de la capital. El pueblo se encuentra ubicado a 367 m. de altitud sobre el nivel del mar. Su extensión es de 68,9 Km² y cuenta con una población de aproximadamente 2.000 habitantes. El municipio tiene como telón de fondo, la magnífica silueta de la Sierra de Crevillente que alcanza los 837 m. de altitud, y cuya frondosa vegetación de pinar se perfila sobre el paisaje rural de almendros, olivos y viñas.
Cuando llegamos a Hondón de las Nieves, nos encontramos con la Plaza de la Villa, plaza típica mediterránea rodeada de palmeras y llena del colorido que proporcionan las fachadas de algunas de sus casas más antiguas, entre ellas el Ayuntamiento. El paisaje urbano pasa de estrechos callejones a calles amplias y de gran longitud. Cruzando la plaza y subiendo una cuesta, alcanzamos la Iglesia Parroquial que data del año 1746, de estilo barroco, destacando en ella el Camarín de la Virgen.
                  
Calle Requejo
                 
Hondón de las Nieves nos ofrece gran variedad de parajes naturales, que podemos descubrir recorriendo las diferentes rutas de senderismo, como la Ruta del Alto Pelao, sendero blando para recorrer en familia, que nos adentra en la umbría de la Sierra de Crevillente, donde encontramos flora y fauna mediterránea: coscoja, romero, tomillo, encinas, pinares, liebres, jabalíes, rapaces, etc. Este recorrido nos conduce a un área recreativa, ubicada en el paraje de la Cuesta, donde podemos disfrutar de una zona de esparcimiento, con barbacoas y aseos. Cabe destacar otros parajes naturales como el Barranco del Infierno, Los Evangelistas, El Alto Coronel o cuevas como la del Sol o del Rollo en La Solana, de donde se han extraído restos del Paleolítico Superior.
Para los que buscan una jornada tranquila y familiar en el campo, recomendamos el área recreativa de La Cruz, situada en un pequeño cerró próximo al pueblo, al que se accede desde la carretera de La Romana. En medio de extensos campos de viñas y cultivos de secano, se sitúa la ermita de San Isidro, alrededor de la cual se ha acondicionado un área recreativa que cuenta con una barbacoa, donde poder cocinar y mesas de piedra con bancos distribuidos por los alrededores.
Desde este lugar se observa una bonita panorámica del pueblo y sus campos, con las montañas en el horizonte, destacando las umbrías de la Sierra de Crevillente. 
                  
 
 
Calle Vereda
                                         
Las Fiestas Patronales, en honor a la Virgen de las Nieves, tienen la peculiaridad de ser bienales, celebrándose los años impares del 1 al 15 de agosto, ya que comparte a su patrona con la vecina localidad de Aspe. A lo largo del año tienen lugar otros festejos y actos culturales tales como: los Tribunales de Judea, auto sacro en verso transmitido de generación en generación representado por los habitantes del municipio y las Fiestas de San Isidro Labrador y su romería que se celebra el 15 de mayo.
En Hondón de las Nieves podemos disfrutar de una rica y variada gastronomía mediterránea entre la que destacan como platos típicos, el arroz caldoso, el gazpacho, las pelotas, las gachamigas y la paella con conejo y caracoles, pastas como los rollos de costra, las torrijas, etc. 
No sorprende que la Sierra de Crevillente haya sido declarada LIC (Lugar de Interés Comunitario) formando parte de la Red Natura 2000, que engloba una representación de todos los ecosistemas europeos para su protección.
Tampoco pasa desapercibida a nuestra mirada la majestuosa calcárea que constituye la Sierra del Agaiat que, desafiante nos ofrece sus alturas: Alto de la Solana (978 m.), Peña de La Mina (1053 m.) y Peña Grande (1086 m.). Estos parajes son habitados por una variada fauna. Si madrugamos podremos ver jabalíes. Con un poco de paciencia, contemplaremos águilas reales, águilas perdigueras y halcones realizando sus acrobacias aéreas. Con la puesta del sol empiezan a cantar búhos reales y búhos. Más difícil será sorprender al gato salvaje durante una de sus expediciones nocturnas.
Los espeleólogos encontrarán en estas sierras, completamente perforadas por fenómenos cársticos, varias simas a las que descender.
Llegados a este punto, os invitamos a visitar Hondón de las Nieves. Os aseguramos que no saldréis defraudados. No dejéis de visitar la Bodega del Hondón que, además de excelentes vinos de la tierra, tiene un vermut a granel de muy buena calidad.
Fuente: Alicante Vivo

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